Para que los números cuadren, tu oferta debe ser baja para ser competitiva pero lo suficientemente alta para ser rentable. La única manera de lograr ese “número mágico” es conocer tus gastos: mantenimiento, reparaciones al camión, los pagos de éste y el tráiler, combustible y, muy importante, el costo de tu trabajo.
Recuerda tomar en cuenta el costo de posibles complicaciones. Por ejemplo, llevar una carga a través de una zona metropolitana congestionada hará el viaje más difícil y debe costar más. Por último, recuerda que una vez que entregues la carga, necesitarás encontrar otra cercana o regresar a casa. El costo de viajar vacío fácilmente puede agotar tus ganancias.
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